Existen alrededor de 18 000 especies en
el mundo y se les llega a localizar incluso en el Ártico, aunque se encuentran
solo algunas pocas especies, usualmente migratorias en este zona helada del
mundo.
Se alimentan básicamente del néctar de
las flores de donde obtienen azucares para lograr energía, aunque algunas
pueden alimentarse de derivados del polen, la savia de los árboles o incluso de
fruta podrida. Las mariposas adultas
beben líquidos obtenidos de manchas de humedad para mantenerse hidratadas que ingieren a través de su probóscide. Algunas
de ellas requieren más sodio del que el néctar les puede aportar, por lo que es
común que se posen sobre la piel de las personas para beber el sudor humano que
está provisto de sal.
Las mariposas usan sus antenas para detectar
el movimiento de viento y los aromas que en él se dispersan, por lo que están
cubiertas de orgánulos sensoriales conocidos como sensilas. El sentido del gusto de la mayoría de las mariposas es hasta
200 veces más sensibles a los azucares que los seres humanos, gestionado por quimio
receptores ubicados en tarsos que trabajan solamente al contacto que emplean
además para determinar si la descendencia de un insecto que ponga huevos será
capaz de alimentarse de la hoja en que se depositará antes de que los huevos
sean puesto sobre ella.
Muchas mariposas emplean señales químicas
conocidas como feromonas y escalas de olor especializadas para determinar la
ubicación de las hembras receptivas.
Algunas especies son migratorias, lo que
implica que vuelan distancias largas, gracias a que son capaces de navegar empleando
brújulas solares y a su capacidad de ver la luz polarizada por los que son
hábiles para orientarse incluso durante los días nublados. Las mariposas Monarca
son las más representativas de este grupo por sus conocidos viajes entre México
y el sur de Canadá cubriendo distancias entre 4000 y 4800 kilómetros (2500-3000
millas). Otras especies migratorias incluyen a la Dama Pintada. Se ha sugerido
que la mayoría de las mariposas migratorias nacen en las zonas semi áridas donde
las temporadas de cría son cortos.
Uno de las razones por la cual vale la
pena estudiar a las mariposas es la comprensión de su interacción con las
plantas y los parásitos que permiten mantener el equilibrio del medio ambiente,
a lo que los científicos han llamado co- evolución que es parte del proceso de
diversificación orgánica.
A pesar de su belleza y su aparente
fragilidad, han desarrollado mecanismos de defensa que les ha permitido
sobrevivir en el medio. Uno de los métodos es el camuflaje o coloración criptica que le permite
parecerse a una hoja o mezclarse en la corteza de un árbol para esconderse de
los predadores.
Otro método es la defensa química, que ha
desarrollado fines de pervivencia, segregando químicos que son tóxicos para
otras especies.
El ciclo de vida de las mariposas consta
de 4 momentos diferentes, el primero es el huevo que es un objeto es diminuto
redondo a veces en forma de óvalo o cilíndrico que la hembra une a las hojas,
tallos u otros objetos con la capacidad de alimentar a las larvas.
La oruga o larva es considerada la
siguiente etapa, en la cual aparece un gusano con rayas o colores que les hacen
distintivos, y surgen sobre las hojas donde fue puesto el huevo, las cuales
devoran durante su crecimiento.
La crisálida es la etapa de
transformación del gusano en su camino para convertirse en insecto, durante la
cual los tejidos de la oruga se deshacen para dar paso a las estructuras
adultas del insecto se dejan ver pues ya están formadas. En la mayoría de las
especies, las crisálida es marrón o verde, color que sirve de camuflaje en el
entorno natural.
Una vez que la crisálida se abre, permite
salir a la mariposa que es usualmente colorida y que es la etapa reproductiva,
capaz de volar. En la etapa adulta las mariposas pueden vivir entre una semana
y un año, dependiendo de la especie.
Hay teorías que sugieren que las
mariposas son en realidad dos entidades genéticas en una, pues portan elementos
genéticos del gusano y del insecto, sin embargo esta propuesta sigue en
discusión en el mundo de la entomología.
Existen diferentes periodos de vida para
cada uno de los ciclos de vida, pues se ha encontrado que algunos permanecen
durante meses siendo larvas, mientras que otras pueden permanecer como
crisálida durante el invierno, lo cual permite el vuelo gracioso durante la
primavera de los insectos que sobreviven a las gélidas temperaturas.
Pueden tener uno o más ciclos de crías
durante el año, y la variación se debe a factores climáticos, como lo muestran
diversos estudios que han encontrado que en las regiones tropicales existen una
tendencia a procrear a una tasa mayor que en las regiones templadas.
Existen otras mariposas con hábitos
nocturnos o bien de tamaño menor a los que se les conoce como polillas que si
bien tienen forma de mariposa, aun cuando tienen colores llamativos, el hecho de que sean capaces de destrozar la
madera o la ropa, los hace insectos menos atractivos.
Si deseas ver más de estos graciosos insectos, puedes dar clic en este enlace: http://www.flickr.com/photos/alma_dzib_goodin/sets/72157624325842948/
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