Tuesday, June 11, 2013

Southern California: so much to see

When I told to my friends that we were going to San Francisco, everyone told me that shopping malls there are the best,  everybody talked about the steep streets and about the transportation. I couldn't stop yawning because I don't like go shopping, I hate the hustle and bustle and never find my size available.

Instead, we found something which I enjoyed much more and I must thank for having a companion of adventures as lover of nature like me, so my husband and I started looking for parks, and  ecological options and above all, the ocean!.

California is surf, sand and sun, we saw all that, but we also found a lot of life.

San Francisco has very steep streets, as everybody said, and surfers cross the street like if there are no cars around! but we didn’t stay there, we drove  to the South of the State, which it’s the best experience, with mountains on one side and the ocean always in movement to the other. The road, always winding, makes the trip enjoyable even more because with each curve is more to look at.

Our final destination was the city of Monterey, in Monterey County that is located on the South of California State, where it’s easy to enjoy magical mountains, and its Bay which gets wet in the Pacific Ocean.

The area has a long Latin tradition, since it was founded in 1777 by both Spain and Mexico, that gives name to a hug part of California and undeniable traditions.

Monterrey is a place where it is easy to find life forms, there is no space that do not fill this immense natural serenity that makes admiring all that the sea plays, with a mild climate and an  a very California atmosphere.

Looking around, with so much  motion, makes easily to see the passion which State of California has defended life in all its forms, from caring forests, sea life and people.

Something that caught our attention was the fact is not easy to find fast food, but without much effort you can enjoy delicious meals, prepared with taste and odors of fruits and vegetables that grow happily in the surrounding area. No doubt the palate delights from the combination of flavour and serenity and restaurants are proud to assist any guest.

Speaking of life, it is easy to find deers, butterflies, hummingbirds, and flowers, many flowers!, for a photographer like me, it's paradise.

But if the idea is to have photos of movement, nothing as going to the beach and watch the surfers, they really move!, it is fascinating to see them slipping by the waves, paving the way and feeling the breeze of the sea. They are usually in groups and can enjoy the waves for many hours, regardless of the day of the week.

The beaches are sandy, that and the waves make this area perfect for surfing, and in this environment, life opens its passage. Sea Life  is only one  example, so during the months of December to March, the whales make their arrival on their way to the South, which are accompanied by dolphins, killer whales, otters, seals and sea lions.

By sky, birds give observers the opportunity to find all kinds of species that are left to see and take pictures, no doubt cameras will not rest while there.

Although the tour is long, nothing like the pleasure to undertake the return of Monterey to San Francisco, which gives a warm farewell to the visitor, and provides some surprises goodbye who this lovely part of the world.

El sur de California: mucho que ver

Cuando le comenté a mis amigos que iríamos a San Francisco, todos me dijeron que las tiendas en esa parte del mundo son de lo mejor, me hablaron  de sus calles empinadas y sus medios de trasporte. No pude evitar bostezar porque no me gusta ir de compras, odio el bullicio y nunca encuentro mi talla disponible.

En lugar de eso, encontramos algo que disfruté mucho más y agradezco tener a un compañero de aventuras tan amante de la naturaleza como yo, así que mi esposo y yo nos lanzamos en busca de parques, reservas ecológicas y sobre todo, ¡del mar!.

California es surf, arena y sol, vimos todo eso, pero además encontramos mucha vida.
 

De San Francisco disfrute las calles empinadas y a los surfistas cruzando la calle como si los autos no existieran,  pero enfilar al sur del estado es la mejor experiencia, con montañas por un lado y el mar siempre en movimiento al otro. 

El camino, siempre sinuoso hace que el viaje se disfrute aún más, pues con cada curva se encuentra más que mirar.

Nuestro destino final fue la Ciudad de Monterey, en el condado de Monterey que se encuentra en la orilla sur del Estado de California,  donde se puede disfrutar de montañas,  y de su bahía que se moja del Océano Pacífico.


La zona tiene una gran tradición Latina, pues fue fundada en 1777 tanto por España como por México, de ahí en nombre de la ciudad y su innegable tradición.

Para donde se mire es fácil encontrar formas de vida, no hay espacio que no se llene de esa inmensa serenidad natural que hace admirar a todo lo que el mar toca, con un clima templado y una atmósfera muy de California.

Estando en movimiento puede uno fácilmente ver la pasión con que el Estado de California ha defendido la vida en todas sus formas, desde el cuidado de los bosques, la vida marina y a las personas.


Algo que nos llamó la atención es que no es fácil encontrar comida rápida, pero sin mucho esfuerzo se puede disfrutar de comidas exquisitas, preparadas con el gusto y los olores de las frutas y las verduras que crecen felizmente en los alrededores. Sin duda el paladar se deleita de ello y los restaurantes se sienten orgullosos de poder atender a cualquier comensal.

Hablando de vida, es sencillo encontrar venados, mariposas, colibríes, y flores, ¡muchas flores!, para un fotógrafo como yo, es el paraíso.

Pero si la idea es tener fotos de movimiento, nada como ir a la playa y ver a los surfistas, ¡si que se mueven!, es fascinante verlos deslizarse por las olas, abriendo camino y sintiendo la brisa del mar. Usualmente están en grupos y pueden disfrutar del vaivén de las olas por muchas horas, sin importar el día de la semana.

Las playas son de arena, las olas son perfectas para el surf,  y en ese entorno, la vida abre su paso. La vida marina se deja apreciar y por ejemplo,  durante los meses de diciembre a marzo, las ballenas hacen su arribo en su camino al sur, que se hacen acompañar de delfines, orcas, nutrias, focas y leones marinos.

Por cielo, las aves brindan a los observadores la oportunidad de encontrar toda clase de especies que sin pena alguna se dejan ver y tomar fotos, sin duda las cámaras no tendrán descanso estando ahí.

Aunque el recorrido es largo, nada como el placer de emprender el regreso de Monterey a San Francisco, que da una despedida cálida al visitante, y brinda algunas sorpresas a quienes se despiden de esta encantadora parte del mundo.